Para ser un intérprete exitoso se requiere agilidad mental, capacidad de retención y síntesis, concentración, imparcialidad, dominio de la lengua materna y conocimiento de las lenguas extranjeras, amplia cultura general y curiosidad intelectual. Además, la interpretación es una tarea agotadora que requiere descansos regulares para mantener la calidad.
1. ¿Qué cualidades necesita el aspirante a intérprete?
Agilidad mental. Ser capaz de hacer varias cosas a la vez:
escuchar, entender, sintetizar, traducir, comunicar...
Capacidad de retención. Uno de los mayores problemas: retener
varias ideas, mientras uno de los interlocutores habla, para poderlas
traducir al otro idioma.
Capacidad de síntesis. Poder formar mapas de ideas en la mente,
ordenar dichas ideas, que ayudarán a la posterior traducción
Capacidad para mantener la concentración. No distraerse. Si se
pierde el hilo del discurso o de la conversación por un momento, es
muy posible que se pierda una idea principal y será imposible la
comprensión.
Imparcialidad. Ponerse en el lugar del interlocutor y saber
comunicar su mensaje, sea cual sea su profesión o tendencia política.
Dominio de la lengua activa (lengua/s A). Es requisito
imprescindible el dominar la lengua materna. Será imposible
pretender saber una o dos lenguas extranjeras si no se domina la
lengua de uno. La lectura de libros, periódicos y revistas nos
equiparán con el vocabulario y estructuras necesarios.
Buen conocimiento de la/s lengua/s pasiva/s (lengua/s C). Al
igual que el punto anterior es necesario un buen conocimiento de las
lenguas de trabajo para poder interpretar con precisión y poniendo
los matices necesarios en las expresiones que se tengan que traducir.
Amplia cultura general y conocimiento de la actualidad
nacional e internacional. Es imposible pretender comunicar
palabras sin entender de lo que se habla. Para hablar, para
comunicar, se necesita entender lo que se dice. Sin una amplia
cultura general, sin un conocimiento de lo que pasa dentro y fuera de
nuestras fronteras, será imposible mantener una comunicación
cuerda.
En el caso de interpretaciones comerciales un previo estudio del área
comercial, del trabajo específico de las empresas, de los productos o
de los temas de los que se va a tratar, será imprescindible para la
buena marcha de las conversaciones. Por ello, siempre que se pueda,
se debe de pedir a la empresa información sobre los temas que se
van a tratar durante las conversaciones con intérprete.
2. Curiosidad intelectual. Un deseo de saber de todo un poco. No
siempre se tiene que interpretar sobre temas que nos gustan. A
veces, se presentan ocasiones en las que se tiene que interpretar
cubriendo temas desconocidos o que no nos gustan.
Dificultades en los trabajos de interpretación
Si consideramos los requisitos necesarios en un intérprete, podemos
observar que la tarea de interpretar es una de las más agotadoras,
por el esfuerzo intelectual que se necesita.
De este modo, la Asociación Internacional de Intérpretes de
Conferencias (AIIC) fija un máximo de 6 horas diarias para los
trabajos de interpretación, dividas en dos sesiones (mañana y tarde).
El descanso entre ambas sesiones debe de ser de hora y media.
En el Parlamento Europeo, la división del trabajo de los intérpretes
suele ser en bloques de media hora o por discurso.
¿Qué dificultades adicionales puede encontrar el aspirante a
intérprete?
Aparte de las dificultades propias de la tarea interpretativa, que
hemos visto en el apartado anterior, se deben añadir los siguientes
factores:
Calidad de voz del orador o interlocutor (acento, dicción y
claridad, entonación, proyección de voz...).
Velocidad en que habla el orador o interlocutor.
Mala calidad de expresión del interlocutor u orador: faltas de
orden sintáctico, incoherencia en frases o giros, etc...
Si el interlocutor u orador usa una lengua extranjera, su nivel de
conocimiento de la misma.
Dificultad o carácter técnico del asunto que se trata.
Calidad acústica de la sala